Nace en la provincia de Zamora en 1201, y fallece en Sevilla el 30 de Mayo de 1252. De ahí que en esta fecha, se celebre su onomástica y sea el patrón de Sevilla.
A consecuencia de la muerte de Enrique I de Castilla y la abdicación de su madre, obtiene en 1217 el Reino de Castilla. Se enfrenta a la Familia de los Lara, por una revuelta nobiliaria.
Después de fallecer su padre Alfonso IX en 1230, luchó por el trono de León, ya que éste legó su reino a Sancha y Dulce, hijas de su primer matrimonio con Teresa de Portugal. Gracias a la persuasión y algún pago heredó el Reino de León, pasando a ser Rey de Castilla y León, anexionándose el Reino taifa de Murcia en 1243. Estableció las fronteras con el Reino de Aragón en el Tratado de Almizra (1244), repartiendo los nuevos territorios conquistados.
Volvió a conquistar el territorio de la actual Andalucía, menos el Reino de Granada, siendo importantes las tomas de las ciudades de Baeza (1227), Úbeda (1233), Córdoba (1236), Jaén (1246) y Sevilla (1248).
Trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero Juzgo, e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, la Iglesia y los nobles, lo que dio lugar a la formación de grandes latifundios.
En el ámbito cultural y religioso, mandó levantar las catedrales de Burgos y León. Se esmeró por que en su corte tuviera importancia la música y el buen hablar literario (su hijo el Rey Alfonso X El Sabio será un gran literato y declarará que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía por que su instrucción fuera la mejor posible).
Fernando III se rodeó de doce varones sabios para que le aconsejaran en todo, siendo uno de ellos el Arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada. Era un hombre de palabra y cumplía lo prometido aunque le costara muchos sacrificios.
Antes de contraer su primer matrimonio pasó una noche entera rezando, pidiendo a Dios que bendijera su nuevo hogar. En sus cartas se declaraba: «Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima y Alférez del Apóstol Santiago». Sus guerreros decían que en algunas batallas, San Fernando les hacía sentir por los aires al Apóstol Santiago protegiéndolos.
Sobre su tumba está escrito el siguiente epitafio: «Aquí yace el muy honrado Rey Fernando que conquistó y libertó a toda España. Fue el más leal, el más franco, el más humilde, el más respetuoso hacia Dios, el más servicial con los demás, y el que siempre supo honrar y pagar muy bien a sus amigos».
El Papa Clemente X, le canoniza el 4 de Febrero de 1671, siendo el segundo rey español, considerando a San Hermenegildo como rey español, que es elevado a la santidad.
Fernando III se casó en dos ocasiones. Su primera esposa fue Beatriz de Suabia, hija de Felipe de Alemania, con quien contrajo matrimonio en 1219. De este matrimonio nacieron 10 hijos, entre ellos Alfonso X El Sabio. Una vez fallecida Beatriz, se casó con Juana de Danmartin, Condesa de Ponthieu, antes de agosto de 1237 naciendo 5 hijos.
En los últimos días de su reinado, ostentaba los títulos de Rey de Castilla, Toledo, León, Galicia, Sevilla, Córdoba, Murcia y Jaén.
Los restos del Rey San Fernando, se encuentran en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla, a las plantas de la Virgen de los Reyes.
Nota: La foto que acompaña al texto está tomada de la web efemeridesimagenes.com
Fuentes bibliográficas:
–unpocodesevillaenlared.blogspot.com.es