De origen Almorávide o Almohade, la Torre de la Plata, es una edificación de planta octogonal, cuyos lados son irregulares. Se conocían dos estancias, una planta baja sobre la cual se situaba una planta principal que daba acceso a la cubierta superior cerrada por un antepecho almenado. Las obras de restauración han descubierto un espacio inferior que servía de aljibe o lugar recolector de aguas.
La planta inferior presenta una configuración ochavada, siguiendo la delimitación exterior de la atalaya. Se cubre por una notable bóveda de nervaduras con cariz de gótico primitivo, dispuestas en ocho elementos que soportan otras tantas nervaduras de sección rectangular, con aristas ligeramente achaflanadas. Arrancan de unas sencillas pilastras con unas no menos simples impostas y vienen a unirse todas en un empino o clave de forma poligonal.
La escalera primitiva se halla derruida y se accede a la planta alta a través de la vivienda adosada a la torre por una escalera perteneciente a una construcción posterior.
Una disposición similar se advierte en la planta alta, solo que aquí la bóveda de nervaduras aparece reforzada por una serie de tirantes de hierro que parten de un zuncho del mismo material, que trasciende hacia el exterior. En este caso se conserva la escalera original, estructurada en dos tramos apoyados sobre los muros interiores, con unos curiosos arquillos de descarga de ladrillo, algo peraltados. Por esta escalera se accede a la azotea superior.
En el aparejo exterior de ladrillo, en la zona alta, se observa la línea de un almenaje relleno en un posible recrecido de la torre.
Probablemente en su origen los paramentos de la torre estuvieron cubiertos por un enlucido encalado, de ahí el nombre de Torre de la Plata con el que siempre se ha conocido a esta atalaya.
En cuanto al lienzo de muralla conservado que parte de ella, se integra en el conjunto de la Casa de la Moneda y formaba parte de la coracha que unía a la Torre de la Plata con la Torre del Oro, a través de una torre más pequeña intermedia.
Merecen consideración particular las casas adosadas a la torre con fachada a la Calle Santander, que son un valioso ejemplo de las nuevas corrientes arquitectónicas introducidas en Sevilla por los maestros manieristas italianos, a comienzos del siglo XVII, como Vermondo Resta, que fue su autor.
Junto a la Torre de la Plata, se encontraba el Postigo del Carbón, que era uno de los accesos principales desde el puerto.
Fuentes bibliográficas:
–leyendasdesevilla.blogspot.com.es
–auladehistoriamccb.blogspot.com.es
-Apuntes para conocer Sevilla (Jaime Passolas Jáuregui).
-Sevilla. El casco antiguo. Historia, arte y urbanismo (Diego Cardoso Bueno).