
Este también fue fundamental en la ejecución del retablo que sufragó en parte y que terminó en 1704 Pedro Ruiz Paniagua. Tras la búsqueda de fondos y consecución de diversas labores se llegó por fin, a la mañana del 29 de Julio de 1708 cuando se colocó el Santísimo Sacramento en su altar.
Una vez terminada la obra de la capilla, se acordó su decoración con pinturas dedicadas al Santísimo, proyecto que comenzó en 1707 Francisco Pérez de Pineda, siendo continuada en 1717 por Domingo Martínez y a Gregorio de Espinal, que concluyeron la decoración pictórica.
Finalmente, es de destacar que en 1733 fue encargada una pareja de ángeles lampareros al escultor Benito de Hita y Castillo, que se encuentran en la parte superior de las columnas más alejadas del altar. Anexa a la capilla se labró la sala de cabildos, cuyo coste fue soportado conjuntamente por las Hermandades del Santísimo y la de Ánimas, terminándose la construcción en 1742 con el levantamiento de un almacén y la vivienda para el muñidor.
Fuentes bibliográficas:
-hermandaddelasoledad.org
-Sevilla. El casco antiguo. Historia, arte y urbanismo (Diego Cardoso Bueno).
-Iglesias de Sevilla (Manuel Jesús Roldán).