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La Alameda de Hércules

5Situada entre los Barrios de San Lorenzo y de la Feria, la historia de la Alameda comienza así…..

Tras ser designado Leovigildo en 584 para reinar, al año siguiente, su hijo Hermenegildo, se convierte al Catolicismo autoproclamándose Rey en la ciudad, contra la voluntad de su padre. Leovigildo hizo cambiar el curso del Guadalquivir, cortando el paso de agua al brazo menor del río que circulaba por la actual Alameda de Hércules, a fuerza de obstaculizar su paso para provocar la sequía a los habitantes de la ciudad, quedando en su lugar una laguna de agua estancada junto a las murallas romanas. Esta laguna, quedaría intramuros, al ampliarse la muralla en época almorávide.

Es el jardín público más antiguo de Europa. Antiguo brazo del río, la Alameda data de 1574. En esta fecha el Conde de Barajas, Francisco Zapata de Cisneros, drenó con acequias estos terrenos donde se iba a construir la Alameda, que normalmente eran pantanosos (por las frecuentes crecidas del río), los pobló con hileras de árboles frondosos y los adornó con estatuas y bellas fuentes que surtían a la población de agua.

Uno de sus extremos fue adornado en 1578, con dos columnas sacadas de un templo romano dedicado a Hércules que existió en la Calle Mármoles, y encontrados durante las excavaciones para restaurar una vivienda. Sobre ellas se colocaron dos esculturas, de Julio César y Hércules, ambas de Diego Pesquera.

A pesar de la muralla y de las infraestructuras de drenaje acometidos, la Alameda siguió siendo una de las zonas más inundables de la ciudad, por su cercanía al río y por su baja cota. En 1649, año de la epidemia de peste que asoló Sevilla, se narra que la Alameda estaba tan inundada que se navegaba por ella con barcos.

En el otro extremo, en 1764, se colocaron otras dos columnas rematadas cada una con un león y un escudo, heráldica representando en una a España y a Sevilla en la otra, obras del escultor Cayetano da Costa.

En 1876, los pedestales de las columnas se protegieron del público con verjas. En 1885, fue colocada junto a las columnas de los leones una fuente de mármol, conocida popularmente como «La Pila del Pato», que se encontraba desde 1850 en la Plaza de San Francisco. Dicha fuente, sería posteriormente trasladada a la Plaza de San Leandro, donde actualmente se encuentra.

Fue un concurrido paseo hasta el siglo XVIII. A finales del XIX, la Alameda presentó su mejor estado siendo convertida en un paseo lleno de teatrillos, puestos y quioscos. Hubo hasta ocho quioscos, de estilo afrancesado, que darían un mayor auge a la Alameda al dedicarse a la venta de bebidas y no sólo de agua, pero que desaparecerían tras la Guerra Civil, marcando el período entre 1939 y 1954 el de la mayor decadencia de este paseo.

En el siglo XX, se rehabilitaron sus elementos ornamentales, incorporándose en 1968, un monumento a la Niña de los Peines, obra de Antonio Illanes Rodríguez. Y en 1991, erigiéndose otro a Manolo Caracol, de Sebastián Santos Calero.

En la Alameda de Hércules, destaca la Casa de las Sirenas, palacete de estilo francés del siglo XX, llamado así por las grandes estatuas de estos seres mitológicos que en su día flanqueaban la entrada al recinto. Hoy día, es un edificio que alberga exposiciones y otras muestras similares, su original fachada se levanta frente al paseo.

La Alameda se presenta como un espacio urbano peculiar y atractivo, muy concurrido, con multitud de terrazas, bares, cafeterías y lugares de copas, tanto a un lado como a otro.

Fuentes bibliográficas:

-Apuntes para conocer Sevilla (Jaime Passolas Jáuregui).

-Sevilla. El casco antiguo. Historia, arte y urbanismo (Diego Cardoso Bueno).

-Diccionario histórico de las calles de Sevilla (Antonio Collantes de Terán).

-sevillapedia.wikanda.es

sevillaonline.es

-sevillabypepe.com

sevilla.abc.es

esasevilla.blogspot.com.es

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