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Recorrido por casas y palacios de la Judería (II)

La Casa de los Padilla:

Es una de las casas más antiguas de Sevilla, que al exterior se muestra muy sencilla y sobria, pasando casi desapercibida, como es habitual en muchas de las casas de esta zona. Vuelca todo su esplendor hacia los patios interiores, verdadero centro de la vida social familiar y espacio que muchas veces se abre al exterior con el deseo de expresar la posición económica de sus propietarios.
Cuenta con un patio de columnas renacentistas que presenta con arcos inscritos en alfices, y que muestra el escudo de armas de la familia en uno de los frentes de sus capiteles.

El Palacio de los Marqueses de Dos Hermanas:

Lo podemos encontrar en el Callejón de Dos Hermanas, entre el Hotel Las Casas de la Judería y el Palacio de Altamira. Data del siglo XVII, en su momento perteneció a los Marqueses de Dos Hermanas.
Muestra una interesante portada adintelada, con frontón roto y enroscado que alberga un balcón. Está flanqueada por pilastras toscanas acanaladas. La finca se organiza en torno a un patio, en el que hay una fuente decorada con azulejos.
Consta de doble galería, sobre columnas de mármol de orden toscano. Los arcos son en planta baja peraltados y en la alta de medio punto. La escalera se ubica en el ángulo sureste del patio, con balaustrada de hierro forjado.
Es muy interesante, el mirador que da a la Calle Verde, con cubiertas a cuatro aguas. Muestra en sus frentes sendos vanos de arcos semicirculares sobre columnas de mármol.

El Palacio de los Marqueses de Altamira:

El Palacio de Altamira se encuentra en la zona ancha de la Calle Santa María la Blanca, entre el Callejón de Dos Hermanas y la Calle Céspedes. Fue edificado por Don Diego López de Stúñiga, quien, tras la compra de construcciones colindantes, levantó sobre ellas a fines del siglo XIV un palacio de gran entidad siguiendo el modelo de los Reales Alcázares de Sevilla.
Durante los siglos XV y XVI la mansión estuvo ligada al linaje de los Stúñiga (o Zúñigas), Condes de Plasencia, Duques de Béjar, Marqueses de Villamanrique y de Ayamonte y, posteriormente, Marqueses de Altamira por cuyo nombre se conoce hoy día al palacio.
De todos sus propietarios el palacio recibirá obras y mejoras. A lo largo del primer tercio del siglo XVII se construyó la crujía de fachada. Durante la segunda mitad del siglo XIX el palacio dejó de estar vinculado a los Altamira aunque el título pervivió para designarlo, convirtiéndose en casa de vecinos. La Junta de Andalucía terminó adquiriendo el edificio para restaurarlo y destinarlo a sede administrativa.

La Casa de Francisco Morales Padrón:

En este rinconcito de la Plaza de Santa Cruz, se encuentra la casa donde vivió el historiador Francisco Morales Padrón.
Americanista y sevillano de adopción, él era canario, escribió numerosos libros sobre América y Sevilla. Destacando entre ellos Historia de Sevilla, Sevilla Insólita y los Archivos Parroquiales de Sevilla.

La Casa de Juan Talavera:

Ubicada en la Plaza de Santa Cruz nº1, actualmente es el Consulado de Francia. En otro momento de la historia perteneció al arquitecto Juan Talavera. Uno de los principales exponentes del Regionalismo sevillano.

El Palacio de los Marqueses de Pickman:

Situado en la Calle Lope de Rueda nº 21, su exterior presenta una arquitectura variada procedente de edificios anteriores.
Su construcción data del siglo XX, y en él, los más interesantes elementos provienen de un palacio de Úbeda. Destacamos la portada plateresca, con arco de medio punto flanqueado por columnas corintias cuyos fustes aparecen decorados con grutescos.
Es también interesante el patio principal, con arquerías de medio punto sobre columnas toscanas en el piso inferior, y rebajadas en el superior, con los escudos nobiliarios de los antiguos propietarios.
En el interior del palacio, existen magníficas rejas de hierro forjado renacentista, artesonados mudéjares y puertas de madera.

La Casa de Murillo:

La tipología de la Casa de Murillo se adecua perfectamente a la tipología de la casa sevillana en el siglo XVII.La planta del edificio es rectangular y se articula en torno a un patio cuadrado. En la crujía de fachada se añadió un cuerpo en época posterior a su construcción para albergar las cuadras. Tiene una altura de dos plantas más un mirador.
El zaguán da acceso al patio, en el que encontramos la escalera de dos tramos en el lado derecho. Éste se estructura mediante arquerías en sus cuatro frentes, con arcos de medio punto sobre ocho columnas de mármol de tipo corintio muy simplificado, en la planta baja, y rebajados y unidos por una balaustrada de hierro, de construcción reciente, en la planta alta. Su decoración, al igual que la del zaguán, se compone de azulejos de estilo serliano procedentes de un convento, y fueron instalados allí en la última restauración.
En las últimas intervenciones se ejecutó el artesonado de madera del salón principal de la planta alta, se transformó en Sala de Exposiciones una pieza rectangular situada a la derecha en la galería alta del patio, y otra situada a la izquierda se habilitó como el hipotético taller del artista. En el ático, se colocaron la biblioteca, el despacho de dirección y unos aseos.
La fachada del inmueble es poco resaltable, está ejecutada en fábrica de ladrillo y recubierta por un grueso enlucido de mortero avitolado. La puerta principal es de un vano adintelado y enmarcado por un sencillo resalto del enlucido. Sobre ella se sitúa un balcón cuya baranda está decorada con roleos en su parte superior. Podemos encontrar esta casa, en la Calle Las Teresas nº8.

La casa natal de José María Blanco White:

En el nº1 de la Calle Jamerdana, se encuentra la casa donde nació el escritor José María Blanco White, uno de los pilares del Romanticismo español.
Hijo de padre irlandés y madre sevillana, Canónigo de Cádiz y Sevilla.
En 1810, en desacuerdo con la Junta Central, se exilia a Inglaterra, abandona el catolicismo y se convierte al anglicanismo. Allí fundó y dirigió la revista El Español. Su poesía comprende temas religiosos, patrióticos y filosóficos.

La Casa de Dolores Martínez (Viuda de Camino):

Proyectada por Aníbal González en 1918, Su puesta en escena se realiza en ladrillo visto, de excelente trabajo y ejecución. Además de con elementos decorativos en su fachada que la dota de un especial interés.

Destaca por su especial vistosidad, que recuerda en su menuda ornamentación de las plantas inferiores a la renacentista Casa de las Conchas de Salamanca. Una decoración muy del gusto de su autor, que por estas fechas estaba ocupado de lleno en la creación de los edificios más importantes de la Exposición Iberoamericana del 29, algunos de ellos realizados plenamente en estilo historicista.

En esta casa tiene un especial interés la solución compositiva conseguida para la esquina, donde se articula acertadamente el quiebro a partir de una esbelta columna adosada al ángulo y que se remonta por encima del pretil, y resolviendo el paramento de la calle adyacente con el mismo tratamiento general de la calle principal, aunque algo más simplificada.

La Casa Ceballos Rumayor:

Este edificio construido en 1929 por Juan Talavera, es uno de los primeros edificios de estilo andalucista, pero la esencia de la arquitectura sevillana sigue patente en elementos como los soportales, el mirador, o los balcones.
Algún que otro detalle neobarroco aún queda en el edificio, sin embargo nada comparado con las portadas en piedra procedentes del Puerto de Santa María, o el ladrillo tallado de otras épocas. Se encuentra ubicado en la esquina de las Calles Rodrigo Caro y Mateos Gago.

Nota, el orden de las fotos es el siguiente: Casa de los Padilla, Palacio de los Marqueses de Dos Hermanas, Palacio de los Marqueses de Altamira, Casa de Francisco Morales Padrón, Casa de Juan Talavera, Palacio de los Marqueses de Pickman, Casa de Murillo, Casa natal de José María Blanco White, Casa de Dolores Martínez (Viuda de Camino), Casa Ceballos Rumayor.

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