Nicolás Monardes nace en Sevilla, en una fecha indeterminada, en torno a 1493. Hijo de Nicolás Monardes y de Ana de Alfaro, su familia es posible que fuera de Génova.
Cursó sus estudios de Medicina en la Universidad de Alcalá de Henares (1533), obteniendo el Doctorado por la Universidad de Sevilla en 1547. Entre esos años ya ejerció la Medicina.
Y no sólo en Sevilla, sino que tenía actividades comerciales relacionadas con medicinas y el tráfico de esclavos. En aquellos tiempos, ya existía una especie de MIR, pues la legislación vigente recogía que se podía ejercer durante dos años bajo tutela y supervisión de un médico con la correspondiente acreditación antes de obtener la titulación en Medicina.
Desde 1534, estuvo aprendiendo con el médico Pérez de Morales, quien tenía una clientela numerosa y llena de personas importantes la cual heredará ya que se casó con la hija de este, Catalina de Morales, con la que llegaría a tener siete hijos.
Tuvo interés por las nuevas plantas que procedían de las Indias y gracias a la situación de privilegio de Sevilla, ya que era Puerto de Indias y entrada exclusiva de todo lo proveniente de estas tierras. Llegó a desarrollar sus investigaciones marcando un antes y un después en la ciencia, aunque desgraciadamente Nicolás no sea muy conocido en Sevilla. Tuvo un jardín botánico en la Calle Sierpes como recuerda un azulejo en el número 9.
Sus estudios e investigaciones quedaron recogidos en sus obras. La primera es «Diálogo llamado pharmacodilosis» (1536), donde sigue la corriente humanista de recomendar el estudio directo de los autores clásicos. Otra obra de estilo es «De Secanda Vena in pleuriti Inter Grecos et Arabes Concordia» (1539), que hace referencia a la sangría del mal de costado.
Su libro más importante es «Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales» (obra de tres partes que se publicaron entre 1565, 1571 y 1574).
Antes de dedicarse a estudiar las plantas exóticas, trabajo fundamental que lo puso en la vanguardia de la farmacología moderna, su labor médica no pasó desapercibida desde el punto de vista científico. Llegando a poner en duda los antiguos métodos del tratamiento médico y siendo considerado como uno de los médicos más importantes.
Su labor y obra se dieron a conocer con amplitud pues a su muerte se imprimen y se traducen sus libros en 42 ediciones y 6 idiomas. Con su nombre se bautizaron dos plantas originarias de América del Norte: la monarda y la monardella.
Llegó a a ser un médico de prestigio que no estuvo nunca en América, ya que no hay constancia de viajes suyos ni aparece en ningún listado de pasajeros. Aunque hay quién afirma que sí estuvo en tierras americanas llegando a ejercer la medicina en Nueva España.
Estos asuntos comerciales le permitieron vivir con tranquilidad e invertir en otros de los que sacó grandes beneficios. Nicolás Monardes también tendría su leyenda negra. En una obra llegó a criticar el uso de plantas exóticas en la medicina cuestionando que con el traslado y manipulación de las mismas se perdían las propiedades originales.
En el periodo comprendido entre 1580 y 1582 el Cabildo hispalense requiere de sus servicios para intentar controlar la epidemia de peste que se cebó con Sevilla. Llegando a escribir unas textos que recogen medidas y medicamentos a emplear.
Murió el 10 de Octubre de 1588 en Sevilla. Sus restos descansan en el Convento de San Leandro de las Madres Agustinas, en cuya iglesia hay una lápida que lo recuerda y en cuyo altar está la inscripción original.
Fuentes bibliográficas:
-Personajes sevillanos célebres en la historia (José María de Mena).
–paseosporsevilla.blogspot.com.es