
En 1660 se funda, en la Casa Lonja, la Academia de Dibujo y Pintura, por iniciativa de Bartolomé Esteban Murillo y Francisco de Herrera, el joven. Fue la primera entidad académica sobre el oficio creada en territorio nacional. Con la peculiaridad de que la academia sevillana se sostenía con fondos aportados por los profesores.
La escasez de dinero, además de la rivalidad entre algunos miembros, como por ejemplo Murillo y Valdés Leal, provocó que la academia tan solo siguiera con su actividad catorce años.
Para recordar tan magno acontecimiento hay una lápida en la planta superior del Archivo de Indias, colocada a instancias de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.
Fuentes bibliográficas:
–leyendasdesevilla.blogspot.com