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La Biblioteca de la Institución Colombina

“Fernandina o Hernandina”, como en un principio quiso denominarla su creador Hernando Colón, comienza su andadura por el año 1509; unos años mas tarde, 1513, tras visitar Roma, pone en marcha su proyecto de biblioteca; la planifica hacia 1518 y forma el equipo que trabajará en ella en 1522. Esta biblioteca nutrirá sus fondos mediante tres caminos: por inversiones, donaciones y la ayuda del Estado.

Por inversiones: D Hernando Colón fue un empedernido viajero y aprovecha estos viajes, que le hicieron recorrer gran parte de Europa, para comprar libros. Tuvo un interés desmedido por adquirir cuanto se editaba donde quiera que fuese: en España o en los centros libreros mas importantes de la época.

Por donaciones: Hernando Colón fue uno de los grandes bibliófilos de su tiempo. Su preocupación por las ciencias, su amistad con los humanistas de entonces, sus viajes, propiciaron la donación continuada de libros.

Con la ayuda del Estado: el emperador Carlos V en respuesta a la petición hecha por Hernando Colón en un Memorial no se hace cargo de la financiación de todo el proyecto de la Biblioteca, pero acude con una notable subvención de doscientos veinticinco mil maravedíes para ayudarle en la sustentación de la librería, considerando la repercusión que este proyecto afectaría a la ciudad de Sevilla en particular y a la nación en general y sobre todo en beneficio de la cultura.

Como se puede ver, cuando se consulta su catálogo, la biblioteca del hijo, que fue educado esmeradamente, refleja las inquietudes de su padre, y ambos la de su época, donde se destaca la extraordinaria figura de Cristóbal Colón, directamente vinculada a la Historia de la Ciencia, y ejemplo vivo del Renacimiento.

A la hora de crear un equipo de trabajo que le ayudara en la confección de los libros de Autores, Ciencias, Epítomes y Materias, don Hernando pensó en convocar una plaza que habría de salir por oposición en Salamanca y adjudicarse al mejor latino que a ella se presentara. Estaba obligado a residir en Sevilla al menos durante tres años y quedaba como responsable principal de la biblioteca su amigo y colaborador Juan Pérez (figura clave en la historia de la Colombina).

Sin embargo dos hombres era un número insuficiente para llevar adelante la empresa bibliográfica y documentalista concebida por don Hernando. Según distintas informaciones conservadas indican que en ella trabajaron intelectuales asalariados, para llevar a cabo la redacción de los epítomes y la extracción de las materias, exigiendo para ello una buena preparación.

El equipo más famoso que tuvo a su servicio fue el formado por Nicolás Clenardo, Juan Vaseo (probablemente el autor de la redacción de las Materias y la mayor parte de los Epítomes conservados) y Juan Hammonio o Amonio (doctor en leyes oriundo de Francia), a los que contrató en 1530 en Lovaina. Otro de los extranjeros entregado al servicio de la biblioteca fue Desiderio Tabelión, que procedía de Borgoña.

Fuente bibliográfica: Institución Colombina.

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