El primer Arzobispo de Sevilla fue un Caballero Templario, el Infante Don Felipe, hijo de Fernando III el Santo, y de Beatriz de Suabia. El Rey Santo previó altas responsabilidades eclesiásticas y lo nominó, cuando contaba solo 16 años de edad, Abad de Castrogeriz, dejando claro el camino que el Infante debía seguir en adelante…